viernes, 19 de noviembre de 2010

TESTIMONIOS

TESTIMONIO DE EDOUARD

Edouard, que ahora tiene 12 años, ha estado combatiendo los últimos cinco años y sigue en las filas de la RCD-ML.

Los mayi mayi lo reclutaron a la fuerza a la edad de siete años en Mambasa, y se lo llevaron a Beni. Tuvo miedo de que lo capturasen y lo mataran, como a otros civiles de Manbasa, y huyó. Desgraciadamente, tras la huida se encontró con un comandante de la RCD-ML y fue llevado al campamento de instrucción militar de Nyaleke, cerca de Beni. Cuando se enroló ni siquiera había empezado a ir a la escuela.

Al llegar al campamento, le afeitaron la cabeza con un trozo de cristal de una botella rota. En el campamento aprendió a desmontar una pistola y disciplina militar. Los instructores disparaban salvas de munición real delante de los niños para enseñarlos a no tener miedo.

Edouard luchó en los frentes de Bunia, Mambasa, Beni y Butembo. Ha matado a combatientes enemigos. Cuando luchaba en Bunia, vio cómo el enemigo decapitaba a su comandante. Ese día Edouard llevaba una ametralladora tan pesada que tuvo que arrodillarse para disparar.

Fue herido en un brazo en una batalla con el MLC en diciembre de 2002. Todavía carece de sensibilidad en el dedo anular de la mano izquierda. Disparó contra el soldado que le había herido y lo mató.

La vida en la RCD-ML es dura. A veces sus comandantes lo azotaban. «Es un sufrimiento -dice-. No nos dan de comer, ni jabón, ni paga... nadie se ocupa de los heridos.» En ocasiones tiene que mendigar comida.

Cuando se recupere de sus heridas quiere estudiar.

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